martes, 27 de marzo de 2007

CALENTAMIENTO GLOBAL



¿Qué hace Colombia ante el calentamiento global?
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Autor: Carolina Roatta Acevedo - NOTICyT

El calentamiento global es un hecho y en el país los efectos ya son evidentes. Según datos del Instituto de Hidrología Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) y el Departamento de Geografía de la Universidad Nacional de Colombia, la temperatura del aire aumentó entre 0,1 y 0,2 °C por decenio durante la segunda mitad del siglo XX. La señal más clara es el retroceso de los nevados en el país. En 1974 se disponía de un área de aproximadamente 94 kilómetros cuadrados (km2), en 2003 esta área disminuyó a 55 km2. Cada año, estas zonas pierden entre 2% y 3% de su superficie. En las costas colombianas se ha registrado una tendencia al aumento del nivel medio del mar de tres a cuatro milímetros anuales en el Pacífico y uno o dos milímetros en el Caribe. La frecuencia de las lluvias también ha aumentado o disminuido en algunas regiones. “Los cambios son progresivos y las consecuencias afectarán a la próxima generación, en unos 60 años. No vamos a ver un aumento brusco de la temperatura o del nivel del mar; sin embargo, los efectos ya son evidentes y por eso grupos de investigación de las universidades y otras instituciones han desarrollado diferentes estudios con resultados que orientan sobre qué hacer en Colombia”, explicó José Daniel Pabón, director del Departamento de Geografía de la Universidad Nacional de Colombia e investigador reconocido en el ámbito internacional sobre el tema de cambio climático. Dichos efectos fueron evaluados de forma preliminar en la Primera Comunicación Nacional de Colombia ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en 2001, cuya elaboración fue coordinada por el Ideam. “En estos documentos se presentó un diagnóstico de la situación del país, un inventario de gases efecto invernadero (GEI) que contempla emisiones, fuentes y actividades que pueden ayudar a capturar dióxido de carbono (CO2), que es uno de los gases de mayor preocupación en la agenda, por sus efectos en el calentamiento. También se presentaron las acciones de mitigación, es decir acciones de reducción en la emisión de GEI y la vulnerabilidad de los diversos sectores ante este fenómeno”, indicó Luz Dary Yépez, coordinadora del Grupo de Cambio Global de la Subdirección de Estudios Ambientales del Ideam.


Las actividades humanas emiten gases efecto invernadero (GEI) que están aumentando las concentraciones naturales de estos en la atmósfera. El dióxido de carbono (CO2) se emite principalmente por el consumo de combustibles fósiles para generar energía (carbón, petróleo y sus derivados, y gas natural), por la tala y quema de bosques, y por algunos procesos industriales como la fabricación del cemento. El óxido nitroso (N2O) y el metano (CH4) son emitidos por actividades agrícolas (especialmente por la aplicación de fertilizantes y por cultivos de arroz bajo riego), cambios en el uso de la tierra y otras fuentes. Los clorofluorocarbonos (CFCs) son emitidos por procesos industriales y otros gases como el monóxido de carbono (CO), los óxidos de nitrógeno (NOx) y compuestos orgánicos volátiles diferentes al metano (que son precursores de ozono y de gases de efecto invernadero directo), son emitidos en un gran porcentaje por el sector transporte. Las moléculas de los GEI tienen la capacidad de absorber y reemitir la radiación infrarroja que proviene del sol y es eminentemente térmica. Estos rayos son reflejados por la superficie de la Tierra hacia el espacio, sin embargo, los GEI absorben esta radiación en la capa inferior de la atmósfera (Troposfera) en orden a mantener el equilibrio energético de la misma, mantienen la radiación “dentro de la Tierra” e influyen en el clima. No obstante, el clima debe ajustarse de algún modo a los incrementos en las concentraciones de los GEI causados por el hombre. Este ajuste genera progresivamente un cambio climático que se manifestará en un aumento de la temperatura global (referido como calentamiento global), que generará un aumento en el nivel del mar, cambios en los regímenes de precipitación (periodicidad de las lluvias) y en la frecuencia e intensidad de los eventos climáticos extremos (tales como tormentas, huracanes, fenómenos de El Niño y La Niña), y se presentará una variedad de impactos progresivos sobre diferentes componentes, tales como la agricultura, los recursos hídricos, los ecosistemas, la salud humana, entre otros. (Fuente: “Cambio climático en Colombia y el Mundo”. IDEAM)

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